sábado, 21 de julio de 2012

Apunta siempre a la cabeza 

El gemido lastimoso no parecía venir de ningún lado en particular. Pikachu, sentado en el suelo de su hogar contando las bayas que ese día había recolectado, se detuvo un momento y agudizo el oído, esperando por si el ruido se repetía: No escuchó nada además del sonido de la fina llovizna que caía fuera.

La pequeña cueva debajo del árbol era iluminada por Pikachu con su ataque Flash, formando un círculo luminoso en rededor suyo que alcanzaba casi todos los rincones del lugar. Ignoró el sonido y volvió a su trabajo de contabilizar.

Mientras contaba, pensaba en que Charmander ya había tardado en volver. Al igual que él había salido hacia unas horas en busca de alimento para los dos , y aunque sabía que la lluvia no era lo bastante fuerte como para causarle un problema a Charmander, pero de todos modos estaba preocupado, un pokémon de fuego debajo de la lluvia siempre era presa fácil, tanto de otros pokémons como de entrenadores oportunistas. No quería imaginarse que podría pasar si algún entrenador quisiera capturar a su amigo ¿Y si lo lograba? ¿Qué haría entonces? ¿Volvería a ver a Charmander…?

Volvió a escuchar un quejido, en esta vez más fuerte. Dejó las bayas, se giró con expresión atenta pero no encontró nada. En la entrada de la cueva se apreciaba la cortina de agua cayendo fuera, pero nada más.

Alerta intentó volver a su labor con las orejas levantadas, listo para lo que pudiera pasar.

Esta vez no fue sólo un gemido lastimoso, si no también el sonido de unos pasos torpes y menguantes. Soltó las bayas que aún sostenía con sus patas y se giro en posición de batalla, presto para acabar con el intruso. Pero no se movió. Se mantuvo mirando incrédulo a lo que se había deslizado dentro de su hogar.

Era un charmander, no cabía duda, pero no podía creer que fuera su Charmander. Estaba cubierto de lo que parecía, y esperaba fuera, un montón de lodo, tanto que cubría su ojo izquierdo, parecía estar lastimado pues cojeaba y avanzaba con lentitud hacia él, con los brazos extendidos como dispuesto a tomar lo que estuviera a su alcance. Su único ojos visible estaba en blanco, como mirando hacia arriba aunque caminaba directamente a él.

Pikachu dio un paso hacia atrás: Algo no andaba bien. También sentía el olor a podredumbre emanando del charmander que se le acercaba lento pero seguro, olía a algo descompuesto a…a algo muerto.

Dio más pasos hacia atrás y de pronto se topo con la pared. Tragó duro y se dio cuenta de que no había más que pelear. Cargó su ataque, en los puntos rojos en sus mejillas comenzó a chispear la electricidad que preparaba, pues tenía la impresión de que necesitaría un ataque fuerte.

El charmander continuaba avanzando.

—Ahhh… —dejó escapar de su boca el intruso. Era el mismo gemido que había escuchado antes.

—Pika… —estaba a nada de soltar su ataque.
El intruso ya estaba muy cerca, era ahora o nunca. Un gran “Chu” iba a salir de su garganta cuando el charmander saltó:

— ¡Soy yo! —gritó el charmander…¡Su Charmander!

El pokémon naranja uso una mano para limpiarse el lodo de la cara y mostrarle un rostro con una sonrisa radiante. La cara desencajada de Pikachu no tenía precio.

— ¡Te asuste ¿o no?! —le dijo alegre mientras continuaba limpiándose.

Pikachu no dijo nada mientras en su cabeza reflexionaba lo que había pasado hasta que llegó a un hecho simple…¡había llenado toda la casa de lodo!

Sin pensarlo más, soltó el ataque que había estado cargando y Charmander cayó al suelo, mareado y adolorido por el ataque.

— ¡¿Cómo se te ocurre hacer eso?! —le gritó, sin atreverse a decir lo mucho que lo había asustado.

Cansado y con la electricidad aun siendo visible sobre su piel, Charmander le sonrió triunfal.


No, su calendario no está errado y marca 21 de Julio en lugar de 31 de Octubre, es sólo que TODOS amamos a los zombies, incluyendo a los pokémons.

(La verdad es sólo porque nos gusta ser random)

Tiempo de no vernos, lectores, y para refrescarnos de esta larga ausencia hoy vamos a hablar de un tema de lo más mainstream (porque estar en contra de lo mainstream es demasiado mainstream): Los zombies.

La verdad yo no me di cuenta en qué momento los zombies eran de lo más solicitados y todos comenzaron a esperar ansiosos el apocalipsis zombie; con todos esos vampiros brillantes por ahí y los hombres lobo que andan sin camisa, el resto de las monstruos clásicos parecían estar relegados al fondo del armario, hasta que de pronto ¡BOOM! Todos amamos a los zombies.

Y no hay motivos para no amarlos —a demás de que devoran tu cerebro mientras aún estás vivo y te transforman en uno de ellos—, son lentos, son malvados y nos dan una excusa para sacar el rifle del closet de la abuela, disiparle a algo y liberar toda nuestra frustración para con la humanidad.

Y ya que todos estamos tan ansiosos porque el virus T* sea liberado y empezar a matar a estas criaturas malignas, les diré algunas cosas que espero tengan en cuenta:

1. Si no viven en Estados Unidos o en algún lugar donde sea legal vender armas pues…mis condolencias.

2. Recuerden: Todos los zombies cojean, pero a la hora de correr son más rápidos que tú.

3. No todo es como en las películas, eviten confrontaciones innecesarias, recuerden: NO son Rambo.

4. Apunten siempre a la cabeza, SIEMPRE.

5. ¡Recen! Recen porque sean zombies clásicos y no estilo Left 4 Dead. 



Y número:

6. Pika ha conseguido unos libros fantásticos sobre zombies y queremos compartirlos, pueden descargarlos aquí: Zombies.

Por mi parte eso ha sido todo, una disculpa por no haber escrito antes, pero ya saben, mejor tarde que nunca. Con cariño, Char.