Apunta siempre a la cabeza
El gemido lastimoso no parecía venir
de ningún lado en particular. Pikachu, sentado en el suelo de su hogar contando
las bayas que ese día había recolectado, se detuvo un momento y agudizo el
oído, esperando por si el ruido se repetía: No escuchó nada además del sonido
de la fina llovizna que caía fuera.
La pequeña cueva debajo del árbol era
iluminada por Pikachu con su ataque Flash,
formando un círculo luminoso en rededor suyo que alcanzaba casi todos los
rincones del lugar. Ignoró el sonido y volvió a su trabajo de contabilizar.
Mientras contaba, pensaba en que
Charmander ya había tardado en volver. Al igual que él había salido hacia unas
horas en busca de alimento para los dos , y aunque sabía que la lluvia no era
lo bastante fuerte como para causarle un problema a Charmander, pero de todos
modos estaba preocupado, un pokémon de fuego debajo de la lluvia siempre era
presa fácil, tanto de otros pokémons como de entrenadores oportunistas. No
quería imaginarse que podría pasar si algún entrenador quisiera capturar a su
amigo ¿Y si lo lograba? ¿Qué haría entonces? ¿Volvería a ver a Charmander…?
Volvió a escuchar un quejido, en esta
vez más fuerte. Dejó las bayas, se giró con expresión atenta pero no encontró
nada. En la entrada de la cueva se apreciaba la cortina de agua cayendo fuera,
pero nada más.
Alerta intentó volver a su labor con
las orejas levantadas, listo para lo que pudiera pasar.
Esta vez no fue sólo un gemido
lastimoso, si no también el sonido de unos pasos torpes y menguantes. Soltó las
bayas que aún sostenía con sus patas y se giro en posición de batalla, presto
para acabar con el intruso. Pero no se movió. Se mantuvo mirando incrédulo a lo
que se había deslizado dentro de su hogar.
Era un charmander, no cabía duda,
pero no podía creer que fuera su
Charmander. Estaba cubierto de lo que parecía, y esperaba fuera, un montón de
lodo, tanto que cubría su ojo izquierdo, parecía estar lastimado pues cojeaba y
avanzaba con lentitud hacia él, con los brazos extendidos como dispuesto a tomar
lo que estuviera a su alcance. Su único ojos visible estaba en blanco, como
mirando hacia arriba aunque caminaba directamente a él.
Pikachu dio un paso hacia atrás: Algo
no andaba bien. También sentía el olor a podredumbre emanando del charmander
que se le acercaba lento pero seguro, olía a algo descompuesto a…a algo muerto.
Dio más pasos hacia atrás y de pronto
se topo con la pared. Tragó duro y se dio cuenta de que no había más que
pelear. Cargó su ataque, en los puntos rojos en sus mejillas comenzó a chispear
la electricidad que preparaba, pues tenía la impresión de que necesitaría un
ataque fuerte.
El charmander continuaba avanzando.
—Ahhh… —dejó escapar de su boca el
intruso. Era el mismo gemido que había escuchado antes.
—Pika… —estaba a nada de soltar su
ataque.
El intruso ya estaba muy cerca, era
ahora o nunca. Un gran “Chu” iba a salir de su garganta cuando el charmander
saltó:
— ¡Soy yo! —gritó el charmander…¡Su Charmander!
El pokémon naranja uso una mano para
limpiarse el lodo de la cara y mostrarle un rostro con una sonrisa radiante. La
cara desencajada de Pikachu no tenía precio.
— ¡Te asuste ¿o no?! —le dijo alegre
mientras continuaba limpiándose.
Pikachu no dijo nada mientras en su
cabeza reflexionaba lo que había pasado hasta que llegó a un hecho
simple…¡había llenado toda la casa de lodo!
Sin pensarlo más, soltó el ataque que
había estado cargando y Charmander cayó al suelo, mareado y adolorido por el
ataque.
— ¡¿Cómo se te ocurre hacer eso?! —le
gritó, sin atreverse a decir lo mucho que lo había asustado.
Cansado y con la electricidad aun
siendo visible sobre su piel, Charmander le sonrió triunfal.
No, su calendario no está errado y
marca 21 de Julio en lugar de 31 de Octubre, es sólo que TODOS amamos a los
zombies, incluyendo a los pokémons.
(La verdad es sólo porque nos gusta
ser random)
Tiempo de no vernos, lectores, y para
refrescarnos de esta larga ausencia hoy vamos a hablar de un tema de lo más
mainstream (porque estar en contra de lo mainstream es demasiado mainstream):
Los zombies.
La verdad yo no me di cuenta en qué
momento los zombies eran de lo más solicitados y todos comenzaron a esperar
ansiosos el apocalipsis zombie; con todos esos vampiros brillantes por ahí y
los hombres lobo que andan sin camisa, el resto de las monstruos clásicos
parecían estar relegados al fondo del armario, hasta que de pronto ¡BOOM! Todos
amamos a los zombies.
Y no hay motivos para no amarlos —a demás de
que devoran tu cerebro mientras aún estás vivo y te transforman en uno de
ellos—, son lentos, son malvados y nos dan una excusa para sacar el rifle del
closet de la abuela, disiparle a algo y liberar toda nuestra frustración para
con la humanidad.
Y ya que todos estamos tan ansiosos
porque el virus T* sea liberado y empezar a matar a estas criaturas malignas,
les diré algunas cosas que espero tengan en cuenta:
1. Si no viven en Estados Unidos o en
algún lugar donde sea legal vender armas pues…mis condolencias.
2. Recuerden: Todos los zombies
cojean, pero a la hora de correr son más rápidos que tú.
3. No todo es como en las películas,
eviten confrontaciones innecesarias, recuerden: NO son Rambo.
4. Apunten siempre a la cabeza,
SIEMPRE.
5. ¡Recen! Recen porque sean zombies
clásicos y no estilo Left 4 Dead.
Y número:
6. Pika ha conseguido unos libros
fantásticos sobre zombies y queremos compartirlos, pueden descargarlos aquí: Zombies.
Por mi parte eso ha sido todo, una
disculpa por no haber escrito antes, pero ya saben, mejor tarde que nunca. Con
cariño, Char.

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