Mientras como sandía
Las
estrellas en el cielo brillaban como pequeñas migajas de luz esparcidas por la
oscura inmensidad del espacio, allá a lo lejos, donde sus ojos ya no eran
capaces de mirar. La suave brisa del viento nocturno soplaba, recorriendo su
cuerpo que se sentía apagado, como inerte.
Entonces
alzó la vista y miró en dirección a la Luna, que allá en lo alto no dejaba de
mirarle como si en cualquier momento fuera a abrir su boca como Pacman.
— ¿Qué haces
cuando extrañas a alguien, Luna?
—Depende de
cuánto o cómo le extrañe, normalmente no pienso en ello porque me incomoda… ¿Tú
qué haces?—le preguntó al Pikachu.
—Yo como
sandía—le respondió, mientras efectivamente tomaba una rebanada de sandía y se
ensuciaba las mejillas mientras le daba una gran mordida.
Y no, no es
que en realidad me fascine eso de hacerle publicidad gratis tanto a las
lechugas como a las sandías—pero como amo las sandías—, se trata únicamente de
una casualidad del destino en la que había estado comiendo sandía mientras
pensaba en alguien a quién últimamente extraño.
A veces me
gusta pensar que extrañar a alguien no es la gran cosa, que tarde o temprano
uno puede vivir con el hecho de extrañar a alguien y que el sentimiento de
abandono cuando no puedes hablar con esa persona no sea tan desagradable, pero
al final de cuentas, en algún momento simplemente no puedes sino pensar en que ojalá
estuviera ahí para escucharte cantar con esos berridos que a nadie más le gusta
escuchar.
Por decirlo
de alguna forma.
Claro que,
en ocasiones, es inevitable.
Como esta
semana, que no ha sido especialmente la más desocupada que he tenido. Eso de
tener exámenes y tareas en un punto llega a ser abrumador, sobre todo cuando te
entran esas ganas absurdas de decir tonterías con alguien y sabes que no puedes
porque los horarios de tiempo libre no coinciden o definitivamente porque las
tareas, trabajos y exámenes se unen en una alianza para separar a las personas
en el momento menos esperado.
Por eso, me
tomé la libertad de escribir una sencilla guía de 3 pasos para poder superar el
hecho de extrañar a una persona.
1er paso:
Admitir que extrañas a esa persona.
No funciona
si no admites, abierta o discretamente, que extrañas a esa persona. Te puedes
engañar diciendo “no lo/a extraño/a”, pero al final de cuentas tus pensamientos
van a terminar por traicionarte.
2do paso:
Comer sandía.
Ya, no es
obligatorio que sea sandía, que a mí me encante porque es fresca, jugosa y
bonita, creo que es un caso aparte. Pero puede ser también otra cosa, como una
manzana, o hasta un jugo, mientras reflexionamos en lo mucho o poco que
extrañamos a esa persona. Lo bueno de comer sandía mientras reflexionamos es
que las semillas podemos escupirlas como si fueran balas de una metralleta, más
cuando apuntas a una persona. Podrás seguir extrañando a la persona, pero la
diversión nadie te la quita.
3er paso:
Decírselo.
De nada
sirve extrañar a alguien si no se lo dices. No todos tenemos la capacidad de
adivinar cuando alguien nos echa de menos sin que nos lo diga. Por eso mismo
las personas aprenden a comunicarse.
Extrañar no
es como el amor, pero de igual manera podemos expresarlo. Quizá no con sandías,
pero sí con palabras. O con dibujos.
Y tengo que
decirlo: extraño mucho a Char.
Pero sé que
es cuestión de tiempo para que podamos volver a tener mucho tiempo libre para
procrastinar y salir a jugar por la hierba alta mientras llueve, como en el
dibujo que le hice.
Le dedico esta entrada a ella, deseándole mucho éxito en la aparente tormenta que se le avecina.
Por último,
yo sé que más de uno pensó en alguna persona mientras leía, mi consejo es que
no se lo guarden, extrañar a alguien no es bonito, pero que esa persona no lo
sepa, es mucho menos bonito.
Con cariño,
P.
PD: después de mi momento sentimental, les dejo el link de un vídeo hermoso que en lo personal me encanta, seguro lo amarán tanto como yo: Gummy bear.

Queridas chicas, en especial a la que hizo esta entrada, o sea Pika... ¿Me odias? Esa entrada me llegó, bueno, ya sabes la razón de sobra.
ResponderEliminarAhora me compraré kilos y kilos de sandías :/
Sólo tengo una cosa qué decir: Soy un zapato y odio mi vida, Pika. Soy un zapato y odio mi vida.
ResponderEliminarAwww, que linda entrada, no había tenido tiempo de comentar, pero aquí estoy. Me llegó mucho ;A; también creo que iré a comprar sandías xD
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